Por Tanit de Pouplana, fotografías de Núria Pulido
Alex Schoihet es un chileno de origen judío que vino a Barcelona hace seis años. Durante este tiempo ha abierto, junto con tres socios más, cuatro bares temáticos en Barcelona. El último el nuevo Nevermind, ubicado en la calle Tallers, que abrió sus puertas el pasado 21 de marzo.
Nos recibe con una chupa verde, pantalones negros y unas botas Martens. Coge dos sillas y un taburete del bar y monta una mesa improvisada en la antesala del local. Nos sirve un café y una cerveza y se sienta a hablar con nosotras. Está encantado con nuestra visita y nos agradece nuestro interés por su bar. Se acomoda rápidamente y nos cuenta, entre sonrisas, su nuevo proyecto.
Alex Schoihet nos habla encantado de su nuevo local / Núria Pulido
“El Nevermind es un bar temático centrado en la cultura skate y los deportes extremos. Su binomio es la música grunge y los skaters”. Es el primer bar que cuenta con una pista de skate en el interior. En términos de ubicación es perfecto, atrae a muchos patinadores de la plaza del MACBA o de Universidad.
Alex Schoihet y tres socios más abrieron hace cinco años el Nevermind de la calle Escudellers. “El primer Nevermind es muy pequeño y queríamos abrir uno nuevo que fuera como habíamos querido desde un principio: un bar que tuviera espacio para conciertos, arte urbano y cultura skate”.
Su tez blanca, su barba rojiza y sus ojos azuladosnos cuentan que es un hombre agradable, tranquilo y muy entregado con su trabajo. “El leitmotiv del Nevermind es intentar que la gente se lo pase bien”. Su objetivo es lograr que la gente disfrute y quiera volver. Aunque es un negocio que trae mucha faena, quieren que la gente se sienta a gusto y conecte con el bar, ya sea por la música, por la cultura skate o por su filosofía de precios baratos. De dos de la tarde a diez de la noche, Nevermind ofrece cervezas y cafés por un euro, cócteles a tres cincuenta y cerveza más hamburguesa por dos cincuenta, lo que ellos denominan precio amigo.
“El leitmotiv del Nevermind
es intentar que la gente se lo pase bien”
Sus socios comparten el estilo del bar, les encanta lo que ofrecen y se identifican con ello. Nevermind viste sofás rojos, taburetes de cebra, mesas que son barriles de cerveza, paredes llenas de grafitis y dos pantallas de televisor cubiertas con una rejilla metálica. La música que ambienta el bar es de Nirvana, Pearl Jam o Alice in Chains. Alex nos revela que, de jovencito, le hubiera gustado encontrar un bar con este tipo de música. Nevermind tiene un estilo peculiar que encaja perfectamente con sus socios.
Alex habla pausadamente cuando nos explica que el bar cuenta con una exposición de arte urbano. Quieren promocionar artistas noveles y darle un distintivo más a su negocio. La exposición está situada en la antesala del bar, un espacio que simula una calle adoquinada con cuadros en sus paredes. Las obras actuales son de los tres grafiteros barceloneses Kram, Javier Guitiérrez, alias Inocuo, y Stefano Phen, los mismos que decoraron el interior del bar. Su idea es ir renovando la exposición para que cada vez que la gente entre encuentre algo diferente. Sin embargo, aún no saben cada cuanto se renovará.
Hace poco menos de un mes que Nevermind está en marcha y, de momento, parece que ha tenido muy buena aceptación. Su inauguración ya fue muy sonada: conciertos, mucha música y precios muy económicos. Des de entonces, el bar ha recibido muchas visitas. Cuando nos encontramos con Alex, el local ya estaba lleno y sólo eran las cinco de la tarde. “Estamos muy contentos con la afluencia de gente que acude a nuestro el bar. Muchos se paran para verlo y finalmente se convencen y entran. Sin embargo, no es un bar para turistas, sabemos que la gente que entra va a volver”.
Los cuatro socios del Nevermind apuestan por su nueva idea pero siguen trabajando en sus otros proyectos: the bollocks, un bar de rock, el Nevermind de la calle Escudellers y sweet rebel, un bar de reggae. Aunque éste último, está cerrado temporalmente.
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